miércoles, 9 de abril de 2008

¿Por qué fracasan todos los planes de educación?

Resulta llamativo que siempre, y lo elabore quien lo elabore, el Plan de Educación de turno fracasa. Es como una especie de ley natural, como una maldición.
Cabría preguntarse por la razón de tan reiterado fracaso y es de suponer que los organismos y personas competentes, quizá no tanto, en estos asuntos lo hayan hecho en más de una ocasión sin que al parecer se haya detectado el origen del problema.
A mí, que lo único que sé de educación es lo poquito que he aprendido en los veintisiete años que llevo trabajando, se me ocurre que si a la hora de hacer esos planes consultaran y tuvieran en cuenta las opiniones de los profesionales de la enseñanza, tal vez esos planes se adecuarían a la realidad y serían más eficaces para hacer frente a los problemas educativos actuales.
Señores ministros, consejeros y demás burócratas, no se trata de llenar folios y folios de hermosas palabras, demagogia, objetivos fantásticos, pero inalcanzables, palabrería sobre una igualdad de oportunidades que nunca se pone en práctica, etc.
Se trata de elaborar unos planes serios, que partan de la realidad que tenemos y planteen unos objetivos viables y que se adapten a las verdaderas necesidades actuales. Por ejemplo, una necesidad real es que el alumno conozca su propia lengua, que sea capaz de expresarse correctamente, que lea y comprenda lo leído. Sin embargo, pretender que el alumno reciba las clases de Matemáticas en inglés (centros bilingües) es demagogia cara, palabrería y sería cachondo, si no fuera trágico.

No hay comentarios: